Con el objetivo de comprender la formación de los árboles un equipo interdisciplinar de investigadores ha desarrollado un modelo original que simula la evolución de un bosque por más de 200 mil años donde los árboles crecen, se reproducen y mueren. Esto les permitió descubrir que la acción combinada del viento y la luz son determinantes en dicho proceso.
Para poder construir esta nueva tecnología, los científicos utilizaron los últimos conocimientos que se tienen sobre las respuestas de las plantas a la luz, y así generar el modelo de desarrollo del árbol.
En el programa informático llamado MechaTree, los árboles que crecen en este bosque virtual compiten por el acceso a la luz, ajustan su crecimiento en respuesta al viento y están sometidos a tormentas que pueden romper sus ramas.
Además, también son capaces de interceptar luz, repartir los productos de la fotosíntesis entre los órganos, desarrollar ramas y reproducir las semillas que germinan una vez que caen a la tierra.
El modelo también incluye dos descubrimientos recientes: la localización de las nuevas ramas emergentes depende de la luz recibida y el crecimiento del diámetro de las ramas es impulsado por las deformaciones del viento.
Por otro lado, la evolución del bosque se simula en “islas”, para que el lugar este aislado y no reciba semillas ni polen de otros lugares.
Tras el análisis de los datos, el equipo llegó a la conclusión de que la transparencia del follaje y la competencia por la luz son los primeros determinantes de la dimensión fractal del árbol, mientras que la respuesta al viento controla la evolución del diámetro de las ramas.
Con información de Nature Communications