Impresión artística del sistema binario con agujero negro en NGC 3201.
Imagen: ESO
Por medio del instrumento MUSE instalado en el Very Large Telescope (Chile) de la European Southern Observatory, un grupo de astrónomos ha descubierto que la estrella ubicada en el cúmulo NGC 3201, parece estar orbitando un agujero negro invisible con cerca de cuatro veces la masa del Sol.
De acuerdo con el ESO, el hallazgo representa el primer agujero negro con masa estelar inactivo de este tipo detectado en un cúmulo globular y el primero encontrado por la detección directa de su fuerza gravitacional.
Los expertos explican que los cúmulos globulares de estrellas son enormes esferas de decenas de miles de estrellas que orbitan a la mayoría de las galaxias, se encuentran entre los sistemas estelares más viejos conocidos en el universo y datan de momentos muy cercanos al comienzo del crecimiento y evolución de la galaxia. Actualmente se sabe que más de 150 pertenecen a la Vía Láctea.
Debido a sus enormes masas y a su gran edad, los investigadores infieren que estos cúmulos han producido un gran número de agujeros negros de masa estelar, creados a medida que las estrellas masivas del cúmulo explotaban y colapsaban a lo largo de la extensa vida del cúmulo. Sin embargo, es muy limitada la informaciòn que se tiene acerca de la relación que hay entre los agujeros negros y los cúmulos globulares.
Por otro lado, el ESO destaca la importancia que tuvo el instrumento MUSE en la detección del fenómeno ya que proporcionó a los astrónomos una capacidad única para medir los movimientos de miles de estrellas lejanas al mismo tiempo.
Cabe señalar que las recientes detecciones de fuentes de radio y de rayos X en cúmulos globulares, así como la detección en 2016 de señales de ondas gravitacionales producidas por la fusión de dos agujeros negros de masa estelar, hace pensar a los astrónomos que estos agujeros negros, relativamente pequeños, puede ser más comunes de lo que se pensaba en cúmulos globulares.
El director de este estudio, Benjamín Giesers explicó que “hasta hace poco se suponía que casi todos los agujeros negros desaparecerían de los cúmulos globulares después de poco tiempo y que sistemas como este ¡ni siquiera deberían existir! Pero, claramente, este no es el caso. Nuestro descubrimiento es la primera detección directa de los efectos gravitacionales de un agujero negro de masa estelar en un cúmulo globular. Este descubrimiento nos ayuda a comprender la formación de cúmulos globulares y la evolución de los agujeros negros y los sistemas binarios, vital en el contexto de la comprensión de fuentes de ondas gravitacionales".
Con información de ESO